lunes, 23 de septiembre de 2013

Capítulo 4: Un golpe del pasado

Annie nunca había imaginado que pudiera irse de casa de esa manera. Johnny la veía deambular por el pasillo de la casa, con la mirada perdida, cabizbaja. Estaba confusa y perdida, no podía dejar de mirar las cajas que contenían sus cosas. Toda su vida reducida a unas míseras nueve cajas.
Una de ellas la cogió con mucho mimo, avisó a Johnny de que esa caja contenía cosas muy frágiles. Después de organizar un poco su nueva vida, Annie decidió acostarse. Llevaba mucho tiempo soñando con poder vivir con Johnny, pero no de esa manera. Tumbada en la cama de Johnny y rodeada por su brazo, empezó a llorar desconsoladamente.
- Annie, ¿qué te ocurre?
- Nada...
- Entonces, ¿por qué demonios lloras?
- Dios, no puedo creer que esto haya sucedido...
- Debes arreglar las cosas con tu madre...
- ¡No! Eso jamás...
- No sabes lo que dices. Tu madre es única, estará deseando que vuelvas con ella.
- Lo dudo...
- No, ojalá yo tuviese a mi madre aquí, ni te imaginas cuanto la echo de menos. Pisa tu orgullo y habla con ella. No la pierdas en vida, si tienes que perderla, que sea dentro de muchos años cuando ella sea muy mayor.
- ¿No me apoyas en esto?
- Claro que sí, me encanta que vivas aquí, pero eso no es excluyente de que no le hables a tu madre. Mañana iré yo a hablar con ella.
Aquellas palabras retumbaron en la mente de Annie, sin embargo, no les dio demasiada importancia.
A la mañana siguiente, Annie se despertó para ir al trabajo, no sin antes sacar algo de ropa de una de las cajas que había traído. Johnny ya se había levantado antes. Tras desayunar se despidieron y pusieron rumbo a sus destinos. Era una mañana de sábado, soleada y calurosa, típica de California.
Johnny llevó su Harley por el boulevard cercano a la playa. Muchas chicas guapísimas en bikini jugaban al voleibol, otras, patinaban y sonreían al paso de la moto del presidente de los Spartans. La intención de Johnny estaba muy alejada de la de ver aquellos preciosos, quizás retocados y bronceadísimos cuerpos femeninos, estaba siguiendo un coche. Allí, en el aparcamiento del centro comercial Bayshore Mall vio el Ford Fusion que buscaba. El coche estaba tomando la salida hacia la carretera 27, Johnny apuró un poco el puño de su moto y se puso a su lado en el semáforo de Oak Hills. Johnny golpeó la ventanilla del conductor, su chófer era Dawn Faulkner, llevaba a su pequeña hija en una sillita a su lado.
Ella miró muy asustada a Johnny, la cara de él no presagiaba nada bueno...
- Johnny, me están...
- Lo sé, Asuntos Internos la sigue... -en ese momento Johnny sacó un sobre del interior de su chaleco y lo lanzó al interior de coche-. Ahí tiene todo lo que necesita, y un par de cositas más que le pueden ser útiles. ¡Ah! Y como esta noche mueva un solo agente por la zona de Fairmont Industrial Docks, rece para que su hija tenga un buen hogar de acogida...
Un nudo se formó en el estómago de Dawn, que condujo unos pocos metros hasta detenerse en otro aparcamiento. Abrió el sobre que Johnny le había entregado, era una lista de los apoyos de los Aces MC. Dawn no podía creer que tanta gente estuviese apoyando a los Aces. El papel ponía una lista de nombres y motivos:

- James Carrington, constructor. Busca edificar en Fairmont un enorme complejo hotelero. Apoyando a los Aces en su guerra contra los Spartans consigue bajar el precio de los terrenos.
- Interpol
- FBI
- Jeff Sterling, policía, motivos personales.
- Estamos investigando quien es su apoyo principal, éstos no lo son.

Además de eso, Johnny había enviado unas fotos del Fiscal Steinberg en situaciones comprometedoras. Antes de arrancar, Dawn miró si alguien la seguía, si Johnny pudo encontrarla en su día libre, era posible que la estuviesen vigilando.
Por su parte, Johnny había llegado a casa de los Williams, llamó a la puerta, la madre de Annie abrió. Al ver a Johnny empezó a gritar.
- ¡Fuera de aquí! Ya tienes a mi hija, ¿qué cojones quieres ahora?
- Hablar con usted.
- Claro, los Spartans ahora se acuerdan de que existo... ¿Dónde está el dinero que le prometiste al padre de Annie?
- Usted nunca fue a recogerlo, supongo que aquellos doscientos mil dólares habrán dado unos rendimientos pequeños, pero ahí están.
En ese momento la señora Williams dejó de gritar y empezó a ponerse nerviosa. Siempre había reprochado al padre de Johnny que había engañado a su difunto marido sobre el dinero, también pensaba que Johnny se lo había quedado. 
- Los Spartans robastéis el dinero a mi marido, la compañía de seguros que cubría a los trabajadores del taller nunca me contestó al teléfono...
- Claro, por que esa compañía no existe, y el teléfono es falso, déjeme entrar y se lo demostraré.
La señora Williams cedió e hizo entrar a Johnny, le trajo el contrato del seguro y se lo enseñó.
Johnny ojeó el papel y comenzó a hablar.
- ¿De veras que el nombre Stromberg Insurance Company of Fairmont no le suena?
- No.
- Es una tapadera. Verá, coja las letras S, M, C, F y O...
- No veo nada raro.
- Son las siglas de Spartans Moto Club, Fairmont Original. Cuando quiera recoger su dinero, avíseme. Se lo hemos estado guardando para cuando lo necesitase. Pero vine aquí por Annie.
La señora Williams empezó a llorar, ahora entendía las palabras de Johnny. Él había cumplido la promesa de que cuidaría a la familia Williams.
- ¿Cómo está? ¿Ha tomado su medicación?
- ¿Qué?
- Sí, Annie está enferma del corazón desde niña. No es nada grave, pero debe medicarse todos los días.
- Sí, la he visto tomar unas pastillas durante el desayuno, me dijo que eran vitaminas...
- Así es Annie, no quiso preocuparte.
- Lo que quería decirle es que debería hablar con ella, está muy disgustada...
- Pobre, he sido tan injusta con ella y contigo...
- No, conmigo no, realmente Annie se merece alguien mejor que yo. Intentaré que cambie de opinión y venga a hablar con usted.
Tras decir eso Johnny le dio la clave de acceso al dinero y se fue. Se montó en su Harley y puso rumbo al LeRoy's Diner. Allí, Beth la otra camarera atendió a Johnny.
- Hola Johnny, ¿te quedas a comer o te marchas?
- Me quedo, ojazos. ¿Qué me recomiendas hoy?
Beth no pudo evitar ruborizarse, Johnny siempre piropeaba a Annie y Beth, ellas sabían que no iba con mala intención, era la manera de Johnny de mostrar afecto.
- ¡Eh! No sigas así, ya sabes que Annie es muy celosa y si ve a su novio piropeándome, nos matará, jajajajajaja. A ver, hoy tenemos el chili especial de la casa, dice la señora Roberts que te encanta...
- ¡Ah! Entonces quiero chili y para beber, una cerveza de las grandes.
- Ahora te lo traigo.
Beth volvió a la barra, entró a la cocina y a los pocos segundos salió LeRoy Roberts a hablar con Johnny.
- Enhorabuena, no has podido encontrar una chica mejor que Annie. Está dentro ayudando a preparar el chili a Faye, supongo que saldrá ahora a traerlo, con la escusa de que le parece fuerte...
- Bueno, ya sabes que es muy delicada...
- Sí, y una gran mujer, cuídala mucho.
Entonces apareció Annie con la comida de Johnny.
- Hola -dijo mientra le daba un beso-. Espero que te guste, es el primero que hago yo.
- Está bueno... muy bueno...
- ¿Pero cómo puedes comer eso? A mi me lloran los ojos cuando la señora Roberts hace el suave, y con ese casi me desmayo, me arde la cara sólo de cocinarlo...
- Es que es para hombres, jajaja.
- Eres un animal... Hoy salgo pronto, ¿te veré en casa?
- Sí, aunque a la noche tengo que hacer una cosa con los chicos, pero cuando salga del MC, volveré a casa aunque sólo sea para darte un abrazo. Tengo que dejarte, la reunión del MC es dentro de nada.
- Vale, hasta luego.
Johnny observó que mientras despedía a Annie con un largo beso, LeRoy, Faye y Beth los miraban. Él salió hacia la sede del MC, al llegar varios miembros lo estaban esperando. Entraron a la sala de reuniones y allí Johnny empezó a hablar.
- Esta noche entraremos en los almacenes de Fairmont Industrial Docks, la mercancía de los Ace ha llegado y nos haremos con ella. Necesito que cuatro de vosotros hagáis guardia en la puerta de los almacenes, el resto entraremos al asalto saltando los muros traseros, que son de poca altura, nuestra misión será eliminar a todo Ace que esté allí. Seguid a Jack, el repartirá las armas. Jack y Ritchie serán los francotiradores, yo lideraré el asalto.
Bajaron al sótano y repartieron las armas. Johnny se reservó un fusil M4 con lanzagranadas tipo M203 y una pistola Desert Eagle. Tras una larga explicación del plan de asalto, abandonaron la sede. Fuera estaban los todo terreno que usarían para el asalto, cuatro GMC Suburban de color azul marino.
Johnny volvió a casa, antes de cruzar el umbral de la puerta, oyó música, pero era muy diferente al Heavy metal que él solía escuchar. Era música clásica, parecía un concierto de violín.
Al llegar al salón encontró a Annie totalmente concentrada tocando, era algo mágico, tenía los ojos cerrados, parecía flotar sobre el suelo. Su melena cubría parte de su cara, pero aún así Johnny podía observar que la mente de Annie estaba totalmente centrada en las cuerdas del violín. Cuando acabó, vio a Johnny apoyado en el marco de la puerta, sintió un poco de pudor.
- ¡Qué bien tocas!
- Que vergüenza... gracias.
- Deberías hacer una audición para una orquesta y no malgastar tus dedos preparando chili en un restaurante.
- Ya, pero necesito el dinero...
- No te preocupes por eso, he hablado con tu madre, ella quiere que vuelvas a hablarle, ahora ella no me odia.
- ¿Qué? -dijo con una mezcla de alegría y asombro- ¿Por qué has hecho eso?
- Sí, está deseando hablar contigo.
- Bueno, mañana me pasaré por allí, gracias por todo.
Tras aquella conversación y la cena, Johnny esperó a que viniesen a recogerlo para el asalto. Los chicos llegaron puntuales, traían las armas de Johnny. En menos de diez minutos, estaban el los almacenes de Fairmont Industrial Docks. Todos corrieron hacia sus puestos. Johnny lanzó un silbido y la horda de Spartans comenzó a saltar los muros y a disparar a todos los Aces que vieran. En menos de diez minutos tenían todo bajo control, el camión con el contenedor de armas ya iba en dirección al taller de los Spartans. Johnny empezó a mirar a los Aces que habían capturado con vida. Jack iba con él.
- Johnny, este tío estaba cuando te dieron la paliza.
- Ah sí...
Entonces sacó su Desert Eagle, la cargó, y disparó en la frente al Ace. Siguió así con otros dos más. Cuando ejecutó a los que le habían pegado, mandó meter al resto de Aces en una nave cercana y colocaron unos bidones de gasolina cerca. Johnny cogió su M4 y disparó una de las granadas M203 hacia los bidones, todo estalló en llamas.
Mientras llegaba a casa, no le remordía la conciencia el hecho de haber quemado vivas a varias personas. Cuando abrió la puerta de su casa, Annie ya se había acostado. Él se tumbó en la cama, a penas se había descalzado, una llamada de teléfono rompió el silencio de la habitación e hizo que Annie se despertase.
- Johnny, soy Jack, tenemos a una rata en el sótano del MC, si quieres ven a eliminarla...
- Voy ahora.
Johnny colgó el teléfono. Annie miraba a Johnny con los ojos entrecerrados.
- ¿Ya te vas, Johnny?
- Sí, tranquila vuelvo ahora.
Johnny besó delicadamente a Annie y se marchó. Tenía una cita con su pasado, una deuda que llevaba mucho tiempo cobrar, y los intereses de la misma, serían excesivamente altos...

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